A 188 kilómetros de Lima se observa una atractiva ciudad que alberga a sus pobladores reconocidos por tener destrezas en la pesca, la agricultura y ni hablar de su gastronomía.
Está rodeado de verdaderos jardines, en los que hay campos, viñedos, árboles frutales y eucaliptos, haciendo que el aire destile un delicioso aroma. Algunas de las bodegas de pisco más tradicionales de Perú se han asentado aquí, familias con ascendencia italiana (procedentes de San Marino, Liguria y Lavagna): Solari, Peschiera, Bianchi, Negrotti, etc.